Rafael Tovar Fernando Gálvez Jorge Juanes Amando Almazán et al Carlos Blas Galindo Teresa Del Conde |
Este evento tuvo lugar el jueves 4 de diciembre de 1997, a las 20.00 en la Librería Pegaso del Centro Cultural Casa Lamm, ubicado en Alvaro Obregón No. 99, local "A", esquina con Orizaba, en la colonia Roma.
El pintor Ernst Saemisch nace en Moers, Alemania, en 1902; emigra a México en 1963, donde muere a los ochenta y dos años de edad, dejando tras de sí una obra pictórica de gran valor artístico. La importancia que reviste el dar a conocer y difundir esta obra llevó a un grupo interdisciplinario, "Ernst Saemisch A.C.", a organizar la exposición itinerante "El orden íntimo de las cosas", con un recorrido por 17 estados de la República Mexicana, recorrido que inició en julio de este año en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca. Acompañan a esta exposición diversas actividades culturales paralelas que contextualizan esta obra: conferencias, cine, teatro, música y talleres de artes plásticas y de cuento. Uno de los aspectos fundamentales de esta exposición, conformada por una selección de 129 pinturas de las distintas series que integran la obra del artista, es un libro-catálogo, objeto de esta presentación, que incluye reproducciones a color de 59 cuadros, una cronología de su vida y textos de diversos artistas y críticos de arte, cuyos testimonios hacen posible acercarse a esta excepcional y desconocida obra pictórica. Dada la posible itinerancia de esta exposición en el extranjero, el libro-catálogo incluye la traducción de los textos al inglés y al alemán.
En el primer texto de este libro el Mtro. Rafael Tovar alude a la riqueza de la aportación cultural y artística de la inmigración alemana en México, de la que forma parte Ernst Saemisch; hace referencia, igualmente, a la participación de este pintor en las búsquedas del movimiento expresionista y del arte de nuestro tiempo y a su fecunda relación con el paisaje y la cultura mexicanas.
El escritor Fernando Gálvez, en una reflexión poética sobre las series pictóricas incluidas en esta exposición, afirma que la trayectoria artística de Saemisch es como el lento girar de un caleidoscopio "que va vaciando sus entrañas traslúcidas": el arrebato expresionista, los ecos de la guerra y los sentimientos de dolor y terror que provoca, el ágil salto hacia el paisaje y la abstracción geométrica y la transformación, en su encuentro con México, de estos sentimientos, en calma dichosa y euforia cromática.
Para el filósofo y crítico de arte Jorge Juanes, la pintura de Saemisch es una perpetua interrogación sobre la naturaleza en el límite entre la cultura y el cosmos y una expresión de profunda soledad y melancolía. Artista cosmopolita, Saemisch abreva en diversas "constelaciones de inspiración" siempre manteniendo un estilo propio de gran intensidad lírica que afirma la vida frente a la "vocación de muerte propagada por las fuerzas de la destrucción".
El Dr. Amando Almazán, Diojema Anlleu, Alfredo Bautista y Flavia Casalí se preguntan en su texto "Saemisch: sus fabuladores" sobre el vínculo entre el artista, la obra y el espectador-fabulador, a través de la trilogía secreto-misterio-seducción creada por Saemisch, quien recupera el ideal cultural del "hombre-naturaleza", perdido para siempre.
El crítico de arte Carlos Blas Galindo, haciendo referencia a "Los nuevos descubrimientos en el universo de Ernst Saemisch", señala que, en su obra, este artista se opone a las nociones de equilibrio, armonía y orden impuestas desde la antigüedad como único sustento del arte occidental. Haciendo "música ante la Naturaleza" (en una variante del aforismo cézanneano), Saemisch se asume como parte de ella y toma su armonía, su equilibrio y su orden intrínsecos como fundamento de su propia creación. Privilegia, así, una exploración estilística y compositiva individual, ajena a todo "ismo" y ofrece, con ello, una aportación al desarrollo artístico de su tiempo.
Finalmente, la Dra. Teresa del Conde afirma que Saemisch,
pintor viajero, hombre versátil al que "nada humano le fue ajeno",
parafraseando a Nietzsche, se vinculó con el expresionismo tardío,
el cubismo, el arte japonés y cierto "primitivismo" manteniendo,
sin embargo, un sello muy personal en su creación. Haciendo referencia
a sus propuestas formales, señala que su artisticidad deviene "de
su talento dibujístico, de su compensado uso del color, de su capacidad
de síntesis y de su conocimiento de los medios pictóricos".
Artista comprometido social y moralmente, adoptó a México
como su última patria, se adentró en él y lo conoció
con el fin de "entender para poder amar".
El pintor Ernst Saemisch nos dice: "Cada día, en la pintura, es un salto al abismo", invitación a romper los límites que estrechan la percepción y a vivir el atrevimiento de correr los riesgos de la creación. Artista innovador, Saemisch propone rupturas, pero se nutre igualmente de importantes propuestas plásticas: formado en la revolucionaria escuela Bauhaus, de los años veinte, nobles maestros como Klee, Feininger, Kandinsky e Itten, lo guían en el encuentro con la experiencia interior, eje de su creatividad.
Más adelante hace suyas la valentía y la fuerza del expresionismo, grandioso opositor de la cultura del buen gusto, enfrentando el sentimiento a la fría racionalidad. En el camino hacia su madurez está presente el gran maestro Cézanne. La ligereza y el rigor del arte extremo oriental inspiran, igualmente, su creación y se expresan en su preferencia por la tinta y el papel japonés.
Saemisch se sitúa en la naturaleza para pintar, la abarca, dejándola ser en su música y en su movimiento. De ella deriva el sentimiento de libertad que le permite transitar de lo figurativo a lo abstracto. Es ella la que le revela "el orden íntimo de las cosas".
"Al ver estas obras, dice David Huerta, resulta inevitable percibir en ellas un sentimiento de seguridad en el futuro, en la fuerza creadora; ...(son) una lección de esperanza en los poderes del arte".
l i b r e r í a
P E G A S O en Casa Lamm |